En el principio, las tinieblas dominaban la vastedad del abismo, y de aquellas tinieblas surgió un ser Todopoderoso, omnipotente y omnisciente, regando de creaciones, y vida absolutamente todo, pues, constituyó el universo y de este poder fluyó un desprendimiento, una fuerza que sería su igual, que sería el mal, la tiranía, y el odio. He aquí el principio y el fin.